altobondi

miradas


¿Cuál es el peso de las palabras?

Por: Malena Cabrera

Pensar que las palabras, los sonidos o las frases que emitimos tienen un peso y una importancia real a veces parece estúpido, pero así es, lo tienen. Las palabras, los dichos, los escritos y los discursos no solo tienen un peso social, sino también uno de realidad; el decir las cosas, hablarlas, escribirlas, hace que las aceptemos, que sepamos que están ahí, “nos acercan” a la realidad. Justamente, las cosas que no se nombran son las que se ignoran, las que se olvidan, las que no se consideran tan importantes; es por eso que las palabras dan visibilidad a la realidad y el no decirlas hace que esta misma realidad quede entre las sombras, siendo invisible.

 

En este sentido, utilizar las palabras adecuadas a la hora de hablar o contar algo permite darle mayor o menor importancia a una parte de esos hechos. No es lo mismo decir: “me molestan en la escuela” que: “en la escuela me hacen bullying”. Usar una terminología correcta en las situaciones adecuadas, sobre todo cuando estas son de mayor seriedad, nos permite darles más peso, más importancia; nos permite, incluso, brindar más información y es por esto que es tan importante seleccionar las palabras que se usan, porque estas pueden reflejar parte del propio hecho.

 

Un ataque lesbofóbico

 

El lunes 6 de mayo de este mismo año ocurrió un incendio en el barrio de Barracas, ubicado en la ciudad de Buenos Aires,que fue ocasionado por el lanzamiento de una molotov a un conventillo como acto de odio hacia dos parejas lésbicas que vivían allí. Sus nombres son: Mercedes Figueroa, Andrea Amarante, Pamela Cobos y Sofía Castroriglos, de las cuales murieron las primeras tres.

 

Los medios de comunicación y voces con mucho alcance no tardaron en tomar la noticia y empezar a difundirla, siguiendo el “paso a paso” de lo que estaba ocurriendo con estas personas. Mucho revuelo generó el que se hablara de un “ataque lesbofóbico”  o, más bien, mucha controversia causó la palabra lesbofóbico.

 

En un principio pocos eran aquellos que se habían escandalizado por la utilización de la palabra, muchos más eran los que se habían sorprendido negativamente ante tal calamidad, centrándose en reclamar que aun en estos tiempos sigan ocurriendo estos hechos. Es así que los reclamos comenzaron y, con ello, las marchas y las movilizaciones para visibilizar lo ocurrido. A su vez,  diversasfiguras públicas con gran poder y peso en la sociedad argentina comenzaron a hablar sobre esto y fue entonces cuando empezó a discutirse y cuestionarse el uso apropiado o no de esta palabra.

 

Este hecho infame causó que la gente se preguntará por qué esto sigue ocurriendo, por qué se sigue atacando a las personas por la elección de a quiénes aman. Pero ante esto, estas figuras de alto poder decidieron decir que no debíamos centrarnos en eso, que no debíamos utilizar esa palabra, que estaba mal usada, que no existía, que no importaba cómo se le decía, simplemente había que tratarlo como “otro acto de violencia”.

 

Acuerdo, todos los  actos de violencia son repudiables y se les debe dar, a todos, la importancia que merecen; pero no nombrar a este acto como un lesbicidio significa sacarle peso, sacarle motivo. Esto no fue un femicidio, en el que el crimen fue impulsado por el odio a la mujer, es distinto. Un lesbicidio es, según la RAE, “el crimen contra una lesbiana por su orientación sexual”; estamos hablando de un homicidio generado por el repudio hacia las parejas lésbicas, lo que también sugiere un odio hacia toda la comunidad LGBTIQ+. 

 

Como dije en un comienzo, el peso de las palabras que utilizamos hace que las cosas se vuelvan reales. Por esa misma razón, tratar a este crimen como un simple homicidio ignora  que en esta sociedad aún hay personas que discriminan según  la orientación sexual y el género. Es doloroso tener que aceptar que, aún después de tanto trabajo por la inclusión, esto sigue ocurriendo; poe eso es necesario evidenciarlo. 

 

Es necesario decir que fue un lesbicidio, es necesario decir que fue en contra de la comunidad, y es necesario entender que tenemos que seguir mejorando. Es necesario utilizar las palabras correctas porque eso hace a las cosas, y a lo que nos sucede, más reales.