Disco rayado
Esta es una flasheada que surge del intercambio entre dos personas que hablan, pero no se escuchan. Representa a quienes dicen siempre las mismas cosas, y no cambian su postura ni aceptan estar equivocados.
Por: Lucas Cabrera

Amigo mío, hoy te vengo a confesar lo aburrido que es hablar contigo.
Te invito a mi casa para hablar, tomar unos mates y reírnos un rato, pero parece que solo sabés hablar de las misma cosas, de los mismos temas.
Vos y tu frase “pero bueno, sabés que…”. Y empezamos este bucle, otra vez.
Siempre con la misma música. Y no sé si es casualidad, pero cuando suena Andrés Calamaro me empezás a contar, de nuevo, la misma historia.
Siempre con tu “yo lo conseguí más barato”.
Siempre con tu monólogo de fútbol y el resultado de todos los partidos que te viste “por aburrimiento”, y porque perdió tu equipo.
Siempre con tu mismo pensamiento político y tus ideas revolucionarias.
Siempre con tu “está caliente el mate”, “está muy fría el agua”, “está muy amargo”, “ te pasaste con el azúcar”, “está lavado el mate”, y tu cara de culo.
Siempre con tus historias inventadas, con muy poca información y con lugares que ni conocés.
Yo sonrió y pongo cara de interés solo por pena.
Siempre con tus temas con la plata y los favores que debés, con ese cuento de que la deuda externa no se compara en nada con tu deuda, y con tu promesa de devolverla.
Siempre con tu mismo chiste, ese que contás cuando te pregunto por tu madre.
Y no quiero olvidarme de lo que nunca te falta para concluir con tu disco rayado: esa mítica frase que pronunciás cuando yo me siento mal. Por ejemplo, si te cuento que me duele la espalda, vos me contestás “a vos te duele eso. pero a mí… de los pies para arriba, me duele TODO”.